Viajé al parque nacional Torres del Paine en una fría mañana de abril, cuando los colores rojizos y amarillentos de las hojas y de los prados anunciaban que el otoño había llegado con fuerza al extremo sur. Los cielos despejados de aquel día, sin embargo, auguraban un clima benigno e indicaban que aún se estaba en época de transición entre el verano y el invierno.
Fueron en total cuatro días en los que pude recorrer -junto a un grupo de periodistas y tour operadores- este santuario de la naturaleza ubicado en la XII Región de Chile. Los principales puntos de interés son los lagos Nordenskjorld, Pehoé, Sarmiento y Grey, además de algunos miradores tales como el Ferrier o el Cuernos, que cuentan con magníficas vistas del macizo Paine y del gran glaciar Grey. Esto, en lo que llamaría como una explosión de colores otoñales.



